Javier Rodríguez Toro
Un verano invencible
En el viaje de la vida o en cualquier proyecto vital, creo que es necesario echar en la mochila o en el bolso un poco de alegría, un poco de humor, mucho de amor y sobre todo una buena actitud. Son los nutrientes fundamentales para no pasar “hambre” o “deshidratarse” a mitad del viaje. El paisaje estará cargado de incertidumbres y de nubarrones; pero como decían los abuelos con su sentido común, después de la tempestad siempre llegará la calma.
Transcurrido un año, quién recuerda la erupción del volcán de la Palma, el aislamiento al que dio lugar la pandemia, las vacunas, las dificultades de las residencias, etc. Todo ello parece muy lejano, pero sin esperar mucho nos llegó la guerra de Ucrania, la crisis energética… Son tiempos de cambios, de retos, de sacrificios y de adaptabilidad, como ha ocurrido en otros momentos de la historia. Lamentablemente muchas personas siguen sufriendo y luchando por estos sucesos, por las pérdidas, y también recuperándose todavía de las heridas en su gestión emocional y salud mental. ¡ El misterio de la vida!.
Cuando trabajas y vives con niños, como nos ocurre a nosotros, cada día se convierte en un descubrimiento, en una aventura, en un reto y un desafío. Tenemos motivos para poder celebrar el hecho de estar vivos, rodeados de los nuestros y de poder recordar los momentos inolvidables con ellos. La alegría y el optimismo deben ser el hilo conductor de la convivencia en casa y en el Colegio.
Muchas personas pueden creer que el mundo retrocede, y que tiempos pasados siempre fueron mejores, pero la historia y la ciencia nos demuestra a diario lo contrario, eso sí, nadie nos salva de las enfermedades, los conflictos, las crisis y de las preocupaciones en el presente. Sin embargo, hay motivos suficientes para ser optimistas, y solo pondré unos ejemplos:
-Se ha vacunado a medio mundo (49%) en 12 meses, y se han evitado millones de muertes.
-La mortalidad infantil se ha reducido notablemente.
-En 1920 la vida media humana era de unos 35 años y en 2019 fue de 73 años.
-En España se han reducido las emisiones de CO2 por habitante.
-Un análisis de sangre podrá predecir diferentes tipos de cáncer…
¡Siempre puede llegar un verano inolvidable!
El pesimismo, la crítica y la inacción son contraproducentes tanto a nivel individual como colectivo. El victimismo nos lleva a entrar en una espiral de negatividad y pasividad, que nos hace más vulnerables. No podemos culpar a los demás o a las circunstancias de lo que sucede, tenemos que aprender a asumir responsabilidades y a saber gestionar nuestras emociones, el dolor y la dicha. Aristóteles también decía que podemos tener un control considerable sobre el cómo actuar en nuestra vida. Debemos tener en cuenta que las cosas son como son, no como nos gustaría que fueran, pero siempre tenemos la opción de elegir nuestra actitud.
La neurociencia nos aconseja que en la familia y en la vida escolar, tenemos que ayudar a los niños y adolescentes a ejercitar la voluntad desde pequeños, ya que esta les llevará incluso más lejos que su inteligencia.
La voluntad se encuentra en la corteza prefrontal y nos permite posponer la recompensa, controlar los impulsos, favorecer la atención, la concentración, la resolución de problemas, etc.
En el día a día cuando vivimos la educación teniendo presente lo que llevamos dentro, desde nuestras experiencias, amores, esperanzas, convicciones y desde nuestro afán por seguir siempre aprendiendo y creciendo, descubrimos la alegría de acompañar al otro y de poder formar parte de un periodo muy importante en su vida.
Víctor Kuppers dice que la alegría no es una consecuencia, es una elección. Cuando hacemos el esfuerzo de vivir con alegría cambia nuestro carácter y manera de ser.
El humor también es una gran herramienta para soportar el dolor, para mejorar la capacidad de adaptación, la incertidumbre y para hacer más familiar lo extraño, y nos proporciona una situación interna de placer. Aprender a reírnos de lo que nos resulta incómodo, de lo que nos da miedo, de lo cotidiano, de nuestras torpezas, de nosotros mismos, es muy saludable, mejora el sistema inmunitario y nos ayuda a combatir el estrés. ¿Cómo nos sentimos en una clase cuando todos sonreímos o participamos de una situación graciosa?. La risa en el aula fomenta la creatividad, el optimismo, la sensación de felicidad. En realidad es uno de los índices de salud mental.
Nuestra relación educativa no puede ser pasiva, distante, fría, indiferente ,es una relación profundamente humana y la relación socioafectiva humana se sustenta en el amor. En nuestro ámbito es necesario vivir con intensidad la vida, compartir, acompañar, crear espacios de encuentro y diálogo, de juego, de valor estético, espiritual, de conocimiento, de afectividad, respeto y racionalidad. En nuestros proyectos de aprendizaje, y convivencia, nos esforzamos en que esté presente la fuerza del amor, el valor de la convivencia, la creatividad, y el respeto a la diversidad. En la escuela y en la sociedad ya empezamos a percibir las consecuencias de que algunas familias eduquen desde la sobreprotección, permisividad, el principio del placer o del deseo. Los niños en esas condiciones a largo plazo tienen alto porcentaje de probabilidad de ser inseguros, vulnerables, de tener actitudes tiranas, y menor tolerancia a la frustración y resiliencia , así como más baja autoestima. Para protegernos de esta cuestión debemos ayudar desde el hogar y el colegio a los niños a que puedan descubrir sus posibilidades e imposibilidades, enseñándoles límites, porque eso les aportará más equilibrio, seguridad y serenidad. Está comprobado que los niños necesitan normas sociales y límites en el día a día, ya que estos reflejan una forma de respeto hacia el otro, generan una buena convivencia, un entorno seguro equilibrado y armónico para todos. También es importante que los niños aprendan a ser agradecidos y a valorar lo que tienen. Proust decía que aunque nada cambie, si tú cambias, todo cambia, porque te conectas con la realidad.
Espero que en nuestros proyectos individuales y colectivos, no nos olvidemos de estos nutrientes tan importantes: la alegría, el humor, el amor y la actitud, ya que pueden ser la brújula emocional y racional para lo que pueda llegar y para nuestra travesía vital.
En 1954 Albert Camus en uno de sus ensayos dijo…”En medio del odio descubrí que había dentro de mí, un amor invencible. En medio del caos descubrí que había dentro de mí, una calma invencible. Me di cuenta a pesar de todo eso…En medio del invierno descubrí que había, dentro de mí, un verano invencible, Y eso me hace feliz. Porque esto dice que no importa lo duro que el mundo empuja contra mí; en mi interior hay algo más fuerte, algo mejor, empujando de vuelta”
En el presente y en el futuro nuestra actitud sobre la realidad marcará el sentido sobre nuestra existencia. ¿A qué esperamos? .
¡ FELIZ CURSO !
Javier Rodríguez Toro
Director del Colegio Gondomar
Acto de Graduación de la XV Promoción
El pasado viernes, 10 de junio, celebramos el Acto de Graduación de la XV Promoción de los alumnos de Segundo de Bachillerato en nuestro Colegio.
Después de haber interrumpido durante varios años este tipo de reuniones por la Pandemia, hemos vuelto a celebrar este tipo de actos tan importantes para los alumnos, familias y profesores.
La velada fue conducida por la Coordinadora de Ed. Infantil, Dña. Margarita Casabona Martín, que nos presentó momentos de gran emoción y ternura.
Empezamos con la hermosa interpretación y adaptación que realizaron nuestra cantante y profesora Miss Rita Zaccarelli acompañada al piano por nuestro profesor de música, D. Javier Díaz Castillo, con ese tema clásico del cancionero “Over the Rainbow” de Judy Garland en el Mago de Oz.
Después, escuchamos el primer discurso de las dos representantes de nuestros alumnos, Laura Ferrín Trigueros y Lucia Gil Morales, que hicieron un recorrido por las diferentes etapas del Colegio, sus anécdotas, las experiencias vividas con sus compañeros y los diferentes profesores. Nos emocionaron con sus palabras, recuerdos, y sentido del humor.
A continuación, se entregaron las orlas a todos los alumnos graduados, los Diplomas de Excelencia a los mejores expedientes del Bachillerato, los Diplomas del Bachillerato Dual Americano, y los reconocimientos y premios a los alumnos que empezaron en el cole desde los tres años y que en el día de hoy concluyen esta etapa.
Continuamos con el segundo discurso que fue el de la tutora y Secretaria del Claustro, Dña. Beatriz Yáñez Yáñez, cargado de sensibilidad y empatía, que ofrecía a sus alumnos una brújula para vivir y convivir a través de la virtud en su nueva etapa.
La segunda interpretación musical fue el magnético y hermoso clásico “The way we where” de Barbra Streisand que emocionó a más de uno.
Por último, el Director ,D. Javier Rodríguez Toro, clausuró el acto haciendo una reflexión sobre el valor del tiempo, la importancia de la buena actitud en la vida y los valores tan necesarios de la familia, los amigos, etc., en un mundo en cambio.
Al terminar el acto nos hicimos unas fotos en el escenario y nos dirigimos a la terraza de Bachillerato para tomar con nuestros alumnos y familias un cóctel y poder compartir el recuerdo de lo vivido durante todos
estos años, no fue un adiós con sabor a despedida, sino todo lo contrario…
“El futuro pertenece a los que creen en la belleza de su sueño”. Eleanor Roosevelt.
SOMOS COLEGIO, SOMOS GONDOMAR
D. Javier Rodríguez Toro. Director.
Innovación Educativa Gondomar: La Psicomotricidad no dirigida en la escuela (Una mirada neutra de descubrimiento)
“Quien solo tiene un martillo, acabará viendo a todos como clavos”. A.H:Maslow
Durante este curso entre otras cuestiones nos estamos formando en el campo de la práctica psicomotriz Aucouturier. Lo realizamos diferentes profesores de las distintas etapas educativas, y desde la primera sesión que tuvo lugar empezamos a poner en práctica en las aulas de infantil nuestros propios descubrimientos y aprendizajes, sintiéndonos muy satisfechos de las vivencias que están surgiendo con los alumnos. La práctica Aucouturier parte de una pedagogía no directiva y de carácter lúdico en la que se acompaña a los niños en el desarrollo de su personalidad e inteligencia a través del juego y su propia actividad espontánea. Es un enfoque integral que atiende la dimensión física, cognitiva, afectiva y social, y creemos que puede enriquecer nuestra filosofía de atención personalizada, inclusiva, donde se respeta el ritmo evolutivo y el descubrimiento del niño en el proceso de aprendizaje. El espacio y el tiempo son muy importantes, accedemos al mundo simbólico, y elaboramos representaciones mentales a través de nuestras investigaciones, emociones y sensaciones adquiridas por la vía motriz. Se realiza el proceso que va “del placer de jugar y moverse al placer de pensar”.
Todos tenemos un cuerpo. Un cuerpo que nos permite movernos, sentir, pensar. Es la expresión material de aquello que somos. Y este cuerpo nuestro lo vamos construyendo durante toda la vida, pero especialmente cuando es más moldeable, durante los primeros siete u ocho años. En esos primeros años nos construimos, el niño se construye. Se habita, se posiciona, se siente, se conoce y , por ende, conoce al otro.
Entre cero y tres años el niño se construye desde fuera hacia dentro; es decir se percibe como una unidad con su exterior, y poco a poco, y gracias a las referencias externas que le sirven de espejo, empieza a sentir, a construir su propia individualidad separada de ese exterior. Esto sucede alrededor de los tres años, momento en que la construcción de sí mismo empieza ahora a hacerse desde dentro hacia fuera, expresando ya el niño lo que sale de él porque ya siente que es un ser único, diferenciado del entorno. Pero con esa edad la expresión es fundamentalmente motriz; no es hasta los siete u ocho años (cuando comienza el período de operaciones concretas, según Piaget) que el niño va a usar como herramientas de expresión principales la lógica y el razonamiento.
Es por eso que en ese primer período de cero a siete años es importante aprender a leer lo que cuentan los niños a través de su experiencia motriz. ¿Cómo se sienten? ¿Qué están descubriendo? ¿Qué viven? Todo eso nos lo van a contar mediante su manera de moverse, moverse respecto a sí mismos, respecto a los demás, respecto al espacio. Para conocerles, tenemos que “escuchar” su movimiento y favorecerlo, crear un espacio donde puedan mover ese “yo” que están construyendo libremente y acompañarlos con una mirada neutra y que sirva de sostén y los anime a seguir explorando la casa-cuerpo que van a habitar, y pueden así reconocer sus límites y a la vez ampliar sus horizontes.
Ese es el objetivo de la psicomotricidad relacional y del enfoque del colegio Gondomar, acompañar a los niños en su camino de pasar del placer de actuar, de jugar, al placer de pensar.
“Conócete a ti mismo y conocerás el Universo”
Equipo Directivo del Colegio Gondomar
Un valor inestimable
“La virtud de los padres es una gran dote” (Horacio)
La vida quizás esté llena de obstáculos, de charcos, de dolor, de enfermedad, de guerras, de pérdidas, de fracasos, de fealdad, de odio; pero también, por contrapunto, de misterios, alegrías, silencios, esperanza, belleza y AMOR… El amor siempre nos salva y es capaz de transformar nuestra vida, nuestras circunstancias, nuestra mirada. Para mí el amor significa aventura, dolor, vínculo, altruismo, alegría, deseo, amistad, profundidad, atención, compromiso, perdón, preocupación, locura, pura ENERGÍA.
Siempre recordamos con gratitud a aquellos que nos amaron y que amamos, a los seres que han dado su vida y su tiempo por nosotros, a aquellos que nos animaron a avanzar, a crecer, ofreciendo siempre una segunda oportunidad, un consuelo, un abrazo en el momento más oscuro y doloroso de nuestro viaje. Entre ese tipo de personas podríamos destacar a nuestras madres, padres, abuelos, amigos y por qué no, a algún maestro/a que nos dejó huella. Hablemos hoy de este ejemplo de amor: las madres. Porque en pocas jornadas, el primer domingo de mayo, celebramos su día. Las madres son capaces de escuchar las palabras que no desean, los silencios, pero su amor y dignidad estarán por encima de todas las cosas. Cuando nacemos descubren su gran fuerza y su resiliencia. Ellas son las que creen en los imposibles, las que aportan un amor incondicional, las que siempre nos perdonan, las que procuran entregarnos lo mejor de sí mismas, enseñarnos el valor del perdón, la perseverancia, la generosidad, la fe y el altruismo. Podremos tener día nublados, pero ellas siempre estarán allí para animarnos y decirnos que hay que seguir adelante. Felicidades a todas las madres del Colegio porque sois pura energía, un valor inestimable en tiempos de incertidumbre, nuestro recurso humano más importante para construir una familia y una sociedad.
¡GRACIAS! por vuestro amor.
“No le evitéis a vuestros hijos las dificultades de la vida, enseñadles más bien a superarlas” (Louis Pasteur)
D. Javier Rodríguez Toro
Director del Colegio Gondomar
Ser diferentes, Ser únicos
Las diferencias nos hacen especiales, únicos. Nos conectan con la diversidad, con la naturaleza, con la maravilla de la existencia y el misterio de la vida, del Universo.
Ser diferente, sentir, pensar y hacer las cosas de otra manera, romper con las expectativas, mirar al mundo de otra forma, ser diferente. Cultivar el silencio cuando otros hacen ruido. Amar sin ser correspondido y corresponder cuando somos amados; aprender a perder y a levantarse y seguir creyendo. Ser una flor “rara” en el desierto o un verso suelto, nuestra singularidad nos hace valiosos, necesarios.
Puedes sentirte diferente por ir contra corriente, por buscar la bondad, la belleza, la verdad, por amar el arte y la cultura cuando otros solo adoran el consumo, intentando llenar su vacío, su abismo, siguiendo a esos apóstoles del mercado e influencers que solo se preocupan por sí mismos y sus “business”.
Puedes ser diferente y único sin tener necesidad de exponerte en las redes o “Instagram”. Sin tener que disfrazarte de lo que no eres para solo ser aceptado por los demás.
El primer paso y más importante para tu salud mental … ¡Eres tú! Debes aceptarte a ti mismo, tal cual eres, con tu altura y peso, con tus heridas, errores, enfermedades y miedos, con tus aficiones, tus limitaciones intelectuales o físicas, tu credo, tu color de piel e identidad.
Como decía Kant, la pereza y la cobardía pueden ser la causa de no querer salir de “la minoría de edad”, pero también de no querer descubrir los misterios del mundo para contemplar la belleza de las diferencias. No existe una verdad absoluta sino, como decía Ortega, diferentes y múltiples perspectivas que nos enriquecen y complementan a cada uno de nosotros. Desde las diferencias podemos aprender a respetarnos y entendernos, humanizarnos.
No elegimos nacer en el norte o en el sur, en una familia determinada, con recursos o sin ellos, en una ciudad o en un pueblo. Todo eso nos viene dado y no podemos alterarlo; como tampoco podemos controlar los accidentes, los sucesos y todas las cosas que no dependen de nosotros. Sin embargo, sí podemos elegir una actitud ante esas circunstancias y sacar la mejor versión de nosotros mismos. Eso es lo que nos diferencia del resto de los seres vivos de este planeta.
Desde una mirada inclusiva en educación, y comenzando desde las familias, debemos preparar a los niños a ser tolerantes, solidarios, respetuosos, a que presten atención a lo que les une o conecta con los demás, desde el ejercicio de una razón práctica y ética que evite tomar decisiones basadas en los prejuicios, estereotipos o el miedo.
Max Planck, que recibió el Nobel de física, consideraba que puede existir una conexión entre todos nosotros y que formamos parte de un todo energético que está interrelacionado, una especie de matriz universal o campo de inteligencia universal que sustenta toda la materia. Otros científicos hablaron del principio holográfico, afirmando que no puede haber separación entre ninguna de las manifestaciones del universo, ya que son expresiones de la misma información. Todo en la naturaleza tiene un sentido, el ser más insignificante para nosotros puede tener un valor y formar parte de un equilibrio en la naturaleza. Las diferencias nos hacen especiales, únicos. Por ello, desde los Colegios tenemos que atender esa diversidad como una oportunidad para crecer y madurar; debemos ser un lugar donde todos puedan sentir y percibir que tienen un valor para los demás porque aportan algo valioso que hace mejor al grupo y, del mismo modo, el grupo les devuelva otros valores, talentos, oportunidades y aprendizajes.
D. Javier Rodríguez Toro
Director del Colegio Gondomar