A mitad de camino entre la gratitud y la admiración, en un lugar difícil de enmarcar, pero sencillo de sentir, se encuentra el recuerdo de Marta. Un enclave al que vuela fácilmente el corazón, un espejo en el que mirarnos en aquellos momentos en que nos dejamos vencer por la desesperanza.
Hay vidas que se diluyen una vez iniciado el viaje definitivo; otras, permanecen inmutables, nítidas, vívidas, por más que pasen los años, por más que transcurra el tiempo. Ese es el caso de Marta Bravo.
Ella encarnó en sí misma unos valores que deberían estar siempre presentes, siempre vigentes. Nos desarmó a todos con su sensatez y su madurez en unas circunstancias vitales adversas. Nos conquistó con su tenacidad y su humildad en su perenne lucha por conseguir sus sueños; sin menospreciar a nadie, respetando a todos. Su huella sigue tatuada en todos aquellos que tuvimos la suerte de compartir con ella parte de su trayecto vital.
Por este motivo, el Colegio Gondomar rinde un merecido homenaje a una persona digna de ser denominada como tal, fallecida a los 18 años de edad, tras una larga lucha contra la adversidad. En su honor, hemos decidido crear el “Premio a la Convivencia Marta Bravo”.
Dicho galardón tendrá un carácter anual y premiará a aquel alumno o alumna que, por su conducta ejemplar tanto dentro como fuera de las aulas, encarne los valores que Marta poseía.
El acto de entrega del mismo contará con la presencia de los padres de Marta, D. Julián Bravo y Dña. Elisa Romero, así como la Dirección, el profesorado y el alumnado de 2º de Bachillerato del Centro, pues este galardón simboliza fielmente, en sí mismo, los valores que el Colegio Gondomar defiende como suyos y que deseamos lleven todos los alumnos una vez finalizada su estancia en él.