Pedagogía de la Alegría y la Felicidad
La RAE afirma que la alegría es un sentimiento grato y vivo que suele manifestarse con signos exteriores, mientras que la ciencia nos habla de una emoción básica de los seres humanos que se produce en nuestro interior aportando una sensación de bienestar y energía positiva a nivel físico y espiritual. El viernes 14 de junio por la tarde, celebramos el festival de fin de curso con nuestros alumnos/as de Infantil y Primaria y pudimos experimentar el valor de la alegría. Las coreografías y las canciones de diferentes musicales populares nos hicieron vibrar, reír y celebrar el cierre del curso de la mejor manera posible, sintiendo que formamos parte de una experiencia común y compartida, y donde cada uno ha puesto lo mejor de sí mismo para su clase.
La alegría no forma parte del curriculum oficial; pero, ¿qué sería de un proyecto educativo o un colegio que no la tuviera presente en su ideario o pedagogía diaria? ¿O de una familia que no viviera esta sensación de bienestar? Esta emoción es trascendental, contagiosa, energética, enriquece la autorrealización, el optimismo, el clima escolar, la creatividad al ayudarnos a encontrar distintas soluciones ante diferentes problemas y curiosamente a largo plazo asegura la eficacia académica.
Dicen que los niños están sanos si tienden a la alegría, al juego y a la risa, ¿quizás nos ocurre lo mismo a los adultos? El filósofo Platón nos descubre que la alegría radica en el crecimiento personal y que es fruto de la satisfacción conseguida a través de pequeños logros.
La alegría es esa emoción pasajera que se produce en un momento determinado, y la vida nos va a ir demostrando que no se puede estar alegres siempre, ya que las emociones cambian y mutan al igual que las circunstancias; por lo tanto, no estaría mal prepararse para esta incertidumbre.
Es curioso porque la felicidad es más permanente y nos aporta una satisfacción más continuada en el tiempo, es un estado que podemos obtener incluso sintiendo emociones desagradables, ya que va más allá de la alegría. Se puede ser feliz sabiendo que hay días en los que vamos a estar alegres y otros, no tanto. El filósofo Immanuel Kant afirmaba que la felicidad más que un deseo, alegría o elección, es un deber. No depende de los demás, sino de uno mismo, de nuestro comportamiento, actitud y carácter.
Desde la escuela podemos escribir y dibujar los senderos de la alegría y de la felicidad, convertir el obstáculo en oportunidad, la tristeza en dicha, y la rutina y el tedio en creatividad. Podemos crear esperanza entre los que se sienten rechazados, mejorar su autoestima, reír, respirar, enseñar a los alumnos a apreciar las cosas buenas que tienen, en lugar de lamentarse por las que no poseen, incentivarles en la búsqueda de la belleza como actividad compensatoria o simplemente placentera. Enseñarles a pensar y dudar, y a encontrar el sentido de su existencia, en definitiva, podemos crear actitud, hábito y celebrar la vida con alegría con personas que están creciendo y con las que compartimos tantas horas al día. Reconozcamos la pedagogía de lo amable y de la felicidad en nuestros proyectos, como salvaguarda de la salud física, mental y espiritual de todos.
La brisa del mar, los juegos en la playa, los baños en la piscina, los paseos, la recuperación de la siesta, el descubrimiento de la montaña, el deporte, la lectura, los helados, los chiringuitos, todo el tiempo de ocio y de descanso nos devuelven la calma y el ritmo de la naturaleza. Nuestros sentidos se agudizan, nuestra mente se oxigena y se desacelera ese frenético ritmo vital: la prisa.
Todos somos merecedores de un descanso y de sentir la alegría y la felicidad a nuestro alrededor.
¡Felices vacaciones!
D. Javier Rodríguez Toro
Director del Centro
Educar para Ser III: "Familias del S.XXI"
Las grandes transformaciones sociales, económicas y culturales; el impacto de internet y las redes sociales, los progresos científicos-tecnológicos, los modos de hacer política, los valores éticos, las crisis, etc., han cambiado la forma de vida y los hábitos de consumo de miles de personas, sus expectativas de futuro, el tiempo de ocio, e incluso su mirada sobre la sociedad, y la creación de una familia. Por otro lado, la incorporación de la pareja al mundo laboral, el retraso de la maternidad, el papel de los abuelos en la logística familiar, las separaciones, las escasas ayudas a las familias para incentivar la natalidad, la precariedad laboral, o el precio del alquiler de la vivienda, como tantas otras variables, han creado un sentimiento de incertidumbre y dudas en los padres de esta época; pero, yo me pregunto, ¿es que nuestros padres o abuelos lo tuvieron más fácil en la suya? Creo que no, aunque siempre exista la nostalgia de evocar que los tiempos pasados fueron mejores…
En la actualidad la media de esperanza de vida en España se encuentra en los ochenta y tres años; a nivel global estamos mucho más sanos por los avances médicos (vacunas, antibióticos), porque existe más higiene y una alimentación más equilibrada, porque disfrutamos de más información y comodidades por los progresos científicos, tecnológicos y sociales, y también porque se han conquistado un mayor número de prestaciones sociales y derechos universales para todos los ciudadanos en los países democráticos; porque existe una mayor conciencia ecológica y medioambiental, etc. Las familias que siempre han tenido que adaptarse al signo de los tiempos y hacer sacrificios, podrán seguir enseñándonos con sus experiencias vitales lo que es la resiliencia, lo que es lo principal y secundario, lo que es el amor desinteresado, la confianza, la seguridad, y sobre todo nos podrán enseñar a CREER que es posible un mundo mejor.
El futuro de nuestra especie y de nuestra sociedad está en ese primer nivel de socialización. A lo largo de la historia la familia siempre ha transmitido una serie de valores privados, públicos, cívicos, espirituales, religiosos, a través del ejemplo y ha satisfecho las necesidades más profundas como el sentido de pertenencia, aceptación, y el de sentirnos seguros de nosotros mismos. En las familias aprendemos actitudes, hábitos, conocemos el juego por primera vez, los afectos, la autoestima; descubrimos que podemos combatir los miedos nocturnos cuando nos leen un cuento, aprendemos modales en la mesa, que todos los deseos o caprichos NO se pueden satisfacer por salud mental, ya que desde pequeños debemos aprender a combatir la frustración para ser más fuertes emocionalmente; además descubrimos que el amor de una madre o un padre es incondicional, que tenemos que querer a nuestros abuelos y pasar algunos ratos con ellos, que el tiempo que nos dedican nuestros padres es un lujo, y que siempre están ahí cuando estamos enfermos o más los necesitamos. Pero también la familia como escuela de vida, no olvidemos que puede facilitar o sobrecargar las funciones de otros agentes sociales secundarios y su eficacia en la formación de hábitos y competencias académicas y personales tanto en la Escuela, como en la Universidad, o en los Ciclos Formativos. ¿Algún otro agente socializador puede ofrecer más?, lo dudo… Aristóteles afirmaba que los pilares de la sociedad se cimentaban en la estructura más elemental: la familia.
Los Estados deberían invertir mucho más en un valor seguro en tiempos de cambio e inestabilidad como son las familias, porque son un poderoso círculo de protección para todas las problemáticas sociales y un
ahorro a largo plazo en los servicios sociales. Pitágoras decía “educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres”. Leyendo recientemente un libro de Filosofía de Carlos Goñi y Pilar Guembe, descubrí algo que había escuchado y percibido como demanda de mis alumnos en las aulas y que es de sentido común, en distintas generaciones, “siempre han necesitado unos padres que los quieran, que los protejan, que les marquen horizontes, que los eduquen. No quieren que deleguemos esa responsabilidad en la escuela o en el ambiente. Ellos no quieren padres blandos, pasivos, conformistas, pesimistas, sino exigentes, activos, con ganas de aprender y optimistas, dispuestos antes a equivocarse que a renunciar a su obligación, padres que se la juegan”. Es decir, padres que crean en sus hijos y que ejerciten la paciencia y la serenidad, que vean sus talentos y defectos y que no proyecten sus propias frustraciones o miedos, que valoren el tiempo dedicado, jugado, hablado, y compartido; que no se dejen llevar por las modas y por los extremos, creando un exceso de normas que genera ansiedad y frialdad, o bien el defecto de ellas con padres sin autoridad que atienden a todos los deseos o caprichos de los niños, generando grandes dosis de inseguridad y tiranía, poca resiliencia y baja tolerancia a la frustración. El sentido común y el término medio es el mejor antídoto y remedio, así como la perseverancia.
Los padres y los niños perfectos no existen. Esa es la paradoja de nuestra humanidad, y una de las mejores lecciones para nuestros hijos y para nosotros, que tenemos que aprender de nuestros errores cuando nos caemos, y seguir levantándonos día a día, recordando que la alegría se acompaña a veces de su complementario la tristeza, y que el camino y el viaje siempre serán más hermosos que el destino, teniendo presente que nuestra capacidad de amar nos permitirá siempre superar cualquier contratiempo o dolor, porque esa es la vida y como decía Nietzsche la grandeza del hombre está en ser un puente y no una meta.
NB: Aunque el criterio de selección pueda ser muy subjetivo, y no estén todas las que deberían estar para algunos, al menos me gustaría compartir con vosotros una pequeña playlist de canciones, melodías y películas, que pueden ser inspiradoras para las familias, que pueden despertar la curiosidad, las ganas de bailar, la introspección, que tienen estilos muy distintos, y donde están presentes muchas emociones y experiencias. ¿Os atrevéis ?. Lo podréis encontrar en el ANEXO.
ANEXO DE EDUCAR PARA SER III
LISTADO DE MÚSICA I
1. “Mi pequeño tesoro” de Presuntos Implicados
2. “Esos locos bajitos” y “Mediterráneo” de Serrat.
3. “Calcetines” de Maldita Nerea
4. “Father & Son” de Cat Stevens
5. “Tears in Heaven” de Eric Clapton
6. “Niña de Agua” de Ana Belén
7. “Sólo Tú” de Paula Rojo
8. “Over the Rainbow”, "Have Yourself a Merry Little Christmas” de Judy Garland
9. “Forever Young” de Bob Dylan
10. “Imagine” de John Lennon
11. “Yesterday”, “Let It Be”, “Here Comes the Sun”, “Eleanor Rigby”, “Hey Jude”,”Sgt. Peppers Lonely Hearts Club Band”, “All you Need is Love” de The Beatles
12. “You can´t always get what you want”, “Start me up” , “Miss You”, “Beast of Borden” de The Rolling Stones
13. “Solo pienso en ti” de Víctor Manuel
14. “Heroes” , “Space Oddity”, “Absolute Beginners” de David Bowie
15. “I don’t want to miss a thing” de Aerosmith
16. “The River” , “Hungry Heart”, “My hometown”, “Better Days” de Bruce Springteen
17. “Crazy Love”, “Someone Like You”, “Have I told you Lately” de Van Morrison
18. “Can´t Help Falling in Love”, “Always on my mind” de Elvis
19. “My Way” de Frank Sinatra
20. “Friday I’m In Love”, “Just Like Heaven”, “Close To me”, “Why Can’t I be you ?” de The Cure
21. “Highway to Hell”, Back In Black”, “You Shook me All Night Long” de AC/DC
22. “September” de Earth Wind and Fire
23. “Shake you Body” de The Jacksons
24. “Don´t Stop `Till you Get Enough”, “Rock with you”, “Billie Jean”, She´s out of my life” de Michael Jackson;
25. “Good Times” de Chic
26. “I will Survive” de Gloria Gaynor
27. “Smile” de Nat King Cole
28. “I Say a little Prayer” de Aretha Franklin
29. “Ain´t no Sunshine” de Bill Withers
30. “Orfeo ed Eurídice: Melodie” de Christoph Willibald Gluck
31. “Goldberg Variations, BMW 988”, “Cello Suite nº1 in G Major”. de J. Sebastian Bach
32. “Bolero M81” de Maurice Ravel; “Piano Concerto nº21 in C.K467” de Mozart
33. “Piano Sonata nº14 in C”, “Claro de Luna” de Ludwig van Beethoven
34. “Prelude nº4 in E Minor Op.28” , “Nocturne nº2 in E-OP9”, Nocturne nº19 in E.Op7” de F. Chopin
35. “Suite Bergamasque L75 de Claude Debussy
36. “Gymnopedies” de Erik Satie
37. “Le Quattro Stagioni” de Antonio Vivaldi .
38. “Bohemian Rhapsody”, “The Show must go on” de Queen.
39. “Hallelujah” , “Take this Waltz” de Leonard Cohen.
40. “I Dreamed a Dream” de B.S.O. Los Miserables.
PELÍCULAS
1. “Matar a un Ruiseñor” de Robert Mulligan .
2. “La Vida es Bella” de Roberto Benigni.
3. “Sra. Doubtfire” de Chris Columbus.
4. “Un Lugar para Soñar” de Cameron Crowe.
5. “En un Mundo Mejor” de Susanne Bier.
6. “Los Chicos del Coro” de Christophe Barratier.
7. “Eduardo Manostijeras” de Tim Burton.
8. “Frozen: El Reino del Hielo” de Jennifer Lee y Chris Buck.
9. “Los Croods” de Chris Sander.
Educación para el siglo XXI
“El cambio es lo único permanente”
(Heráclito).
Quiero empezar este curso con una serie de preguntas que trataré de ir respondiendo: ¿Cómo podemos preparar a nuestros alumnos e hijos para la sociedad del S XXI?, ¿Qué tipos de habilidades y competencias serán las más importantes?... En muchas ocasiones he afirmado que somos afortunadas las personas que trabajamos con el futuro: los alumnos. También hemos oído en más de una ocasión que debemos querer a nuestros alumnos no por lo que son, para eso están las familias , sino por lo que pueden llegar a ser, porque son personas que se están construyendo. La educación tiene ese poder transformador, y siempre ha luchado contra el determinismo de la naturaleza y de la sociedad. Un filósofo ilustrado como Kant afirmaba que “somos lo que la educación hace de nosotros”. Desde entonces, la sociedad ha cambiado mucho y ha conseguido grandes cambios y mejoras en derechos, libertades, etc., frente a otros siglos. La escuela actual no puede vivir al margen de los nuevos tiempos, del progreso y de las grandes transformaciones sociales, culturales y científicas que se están gestando. La celeridad de esos cambios puede producir incertidumbre; pero nosotros tendremos que producir certidumbre, flexibilidad mental y enseñar una buena gestión de las emociones con la ayuda de las familias para aumentar la probabilidad de la eficacia.
Uno de los intelectuales más influyentes en la actualidad Yuval Noah Harari en su último libro “21 lecciones para el siglo XXI” afirma que “muchos pedagogos expertos indican que en las escuelas deberían dedicarse a enseñar las cuatro ´ces´: pensamiento crítico, comunicación, colaboración y creatividad…De manera más amplia, tendrían que restar importancia a las habilidades técnicas y hacer más hincapié en las habilidades del uso general para la vida…Lo más importante de todo será la capacidad de habérselas con el cambio, de aprender nuevas cosas y de mantener el equilibrio mental en situaciones con las que no estamos familiarizados”.
Hoy en día, la Ciencia actual confirma que una buena educación produce cambios profundos en el cerebro, que ayuda a mejorar los procesos de aprendizaje y el desarrollo del ser humano. La Neurología, la física cuántica, la robótica, van a revolucionar los paradigmas de la Cultura y sociedad. Como afirma el doctor Francisco Mora “la neuroeducación es un campo de la Neurociencia que, partiendo de la investigación, analiza la interacción del cerebro con el medio que le rodea en el ámbito de la enseñanza y aprendizaje”. Conocer como funciona el cerebro, según él, mejorará los procesos de aprendizaje, la creatividad y el diseño de las mejores estrategias para el aula.
En el Primer Simposio de Inteligencia Ejecutiva y Educación celebrado en Madrid este año 2018 , el prestigioso Doctor Joaquín M. Fuster de la Universidad de California defendió la importancia que tenía la inteligencia ejecutiva en la educación , según él “Las funciones ejecutivas son aquellas funciones del cerebro que permiten la organización de las acciones en el tiempo para alcanzar metas y resolver problemas, y por ello tienen una dimensión de futuro”. Otro de los participantes , y organizadores de ese evento, nuestro querido profesor D. José Antonio Marina, habló de la importancia de desarrollar las habilidades ejecutivas en la educación. En su libro del 2012 que lleva por nombre ese mismo título (La inteligencia Ejecutiva) decía “El fracaso de esta inteligencia está presente en los grandes problemas que preocupan a la sociedad: las conductas impulsivas, la agresividad no controlada, el consumo de drogas, los déficits de atención, los problemas de desorganización, la falta de constancia…la mala gestión del tiempo, la pasividad, las actitudes de dependencia de las personas…y gran parte de los fracasos educativos”.
Con el paso de los años, nuestro Colegio se ha ido construyendo como una comunidad de aprendizaje, con una pedagogía activa, holística, con un ideario humanista y laico, con vocación Europea, que incentiva los idiomas como el inglés y el francés desde las edades más tempranas, que personaliza la enseñanza , atiende la diversidad y se preocupa por conseguir una buena formación académica y humana en valores éticos y sociales. Apoyamos y defendemos la neuroeducación porque creemos que nos ayudará a conocer mejor a nuestros alumnos, cómo aprenden, y porque nos orientará en la búsqueda de talento y la atención de las necesidades cognitivas y afectivo-sociales.
Para allanar el camino del aprendizaje son muy importantes las expectativas que tengamos los profesores sobre nuestros alumnos (efecto Pigmalión), la pasión que transmitamos a la hora de enseñar, la alegría, la paciencia, la perseverancia, el diálogo, la comunicación, el cultivo por parte de los docentes y no docentes de un clima emocional positivo en todo el contexto escolar. Los aprendizajes cuando están teñidos por las emociones positivas son recordados; las emociones negativas o vinculadas al miedo, los prejuicios o el estrés inhiben o dificultan el aprendizaje.
Un obstáculo del presente actual que tiene un mal pronóstico de futuro para los niños, la salud de las familias y la sociedad , es el de esos entornos de sobreprotección como los de algunas familias que, sin darse cuenta , no dejan crecer a sus hijos, diciéndoles “sí” a todas las demandas posibles y dejando que elijan cuestiones que a su edad no les compete por falta de madurez por ejemplo. Muchos de ellos terminan convirtiéndose en pequeños tiranos y en personas infelices y desajustadas en la sociedad. Los niños necesitan límites porque les proporciona seguridad y porque están aprendiendo a controlarse, a inhibir respuestas, a dirigir la atención, etc., todo no puede sustentarse en el principio del placer, se necesita conocer el principio de realidad para integrarse en la sociedad.
Otro autor como Fernando Botella, experto en liderazgo talento e innovación que trabaja para el mundo de la Empresa y Universidad, ha dicho en varias ocasiones que “cuanta mayor preparación tengamos las personas , menos dejaremos al azar (principio de incertidumbre) . En un mundo en constante cambio y transformación tenemos que formarnos para ser menos vulnerables” .
Algo que también nos puede ayudar a reflexionar es el enfoque que dan algunas Universidades muy prestigiosas en la elaboración del curriculum , como el caso del “Massachusetts Institute of Technology” (M.I.T.) que están dedicando un porcentaje significativo en sus programas a disciplinas como literatura, idiomas, música, filosofía, etc. Así mismo , las grandes empresas tecnológicas son las primeras que se están dando cuenta de que los conocimientos técnicos no son suficientes para triunfar laboralmente en la sociedad del SXXI. Por tal motivo, estas actuaciones y enfoques mencionados nos inspiran a seguir incentivando una buena formación académica en humanidades y cultura científica durante toda su escolarización , sin olvidarnos de la importancia que tiene la creación de hábitos y aprendizajes vivenciales para formas buenos ciudadanos, honestos y comprometidos con la sociedad. Por otro lado, en los tiempos actuales , se hace imprescindible orientar muchos de nuestros proyectos en la toma de decisiones , en la gestión emocional, el mantenimiento del esfuerzo, en el aplazamiento de las recompensas y en la creación de metas a largo plazo; en definitiva, en el desarrollo de la inteligencia ejecutiva, como dice el profesor Marina," queda mucho por andar…"
“Lo importante es no dejar nunca de hacer preguntas. No perder jamás la bendita CURIOSIDAD”. (Albert Einstein)